lunes, 11 de junio de 2007

Chela, la antítesis de Lola
La nueva heroína de Son amores tiene nombre y apellido. Se llama Gabriela Toscano y su personaje, Chela, es la antítesis de lo que fue el de Millie Stegman, Lola. Mientras que Lola era vueltera y rebuscada, Chela será simple y sencilla. Así lo vive la actriz que le pondrá el cuerpo.
¿Cómo fue la incorporación?
No me doy cuenta todavía, ahora que llega el 3 de marzo me está agarrando un nervio... La incorporación fue buena, fui muy bien recibida por todos.
¿Tenías miedo?
El primer día fue el más difícil. Me sentía muy mirada por todos. Pero eso le pasa a todos los actores. Es como el estreno de algo. Pero en Pol-ka conocía a todos los técnicos y esa familiaridad me dio seguridad.
¿Cómo te adaptaste al ritmo de grabación de la tira?
Por suerte estamos grabando hasta las cinco y media de la tarde. Y me adapté. El año pasado me fui de gira con Monólogos de la vagina, entonces estaba muy relajada. Y este año volví a levantarme a las seis de la mañana... Qué sé yo. Es la vida del actor, uno se acostumbra.
¿Te vino bien estar un año sin hacer televisión?
Sí, hacer teatro fue un placer. La pasé muy bien. Aproveché para dormir, para estar con mi hijo. Ahora voy a estar menos tiempo, ya vendrán los reclamos, la culpa.
¿Tu hijo veía Son amores?
No, él ve dibujitos. Yo lo veía de vez en cuando porque, como estaba haciendo teatro, no tenía margen. Me parecía que era una comedia divertida, que la gente estaba muy abrumada por todo lo que pasaba en el país y necesitaba un entretenimiento ágil. Y eso me interesó de la propuesta: insertarme en un éxito y que mi personaje llegue a toda esta gente que enciende la tele a esa hora, cuando llega del trabajo.
¿Vos hacés eso?
Yo hago mucho zapping. Pero la vida de las personas que no son artistas tiene más que ver con eso, y esta tira les da un poco de frescura.
¿Tuviste propuestas para hacer TV el año pasado?
Sí, pero preferí dedicarme al teatro. En esta carrera un día tenés un éxito y al otro día, un fracaso. El teatro es un arma importante, porque mientras haya un escenario, un actor y una historia que contar, siempre va a haber un público. Yo tengo un gran amor por el teatro, a pesar de que empecé en la televisión. El teatro me agrandó el instrumento. Me hizo ser más dúctil para hacer distintos personajes. Me hizo dar cuenta de que podía ser una artista y no simplemente una nena que trabajaba en televisión. Esa comprensión me la dio el teatro.
¿Cuáles fueron los éxitos en tu vida?
A nivel personal, haber formado una familia con Carlos y Bruno. Y a nivel laboral, por ejemplo, en televisión Rosa de lejos; en cine, El exilio de Gardel; en teatro, La gaviota... Yo hago todo con placer. Aprovecho cada cosa que hago.
¿Consultás con tu familia la decisión?
Sí, con mi marido, pero la decisión final es mía. Mi hijo comenta cosas, pero tiene claro que las decisiones son de los padres. Ahora vino a las grabaciones, vio el personaje y es bastante criticón con mi trabajo. Me ha hecho críticas en el teatro. Me dice cosas tipo: "empezaste bien este monólogo, pero después te fuiste para otro lado".
Ahora también sos madre en la ficción, ¿cómo es trabajar con un chico?
Hay que tratar de que se pueda contar la escena, de que él esté relajado, que sienta que es un juego donde puede imaginar lo que quiere. Yo doy clases a chicos desde hace dos años, pero esto es diferente. En las clases lo que desarrollamos es que cada uno es un ser único e irrepetible.
¿Para ser buen actor no hay edad?
No, yo creo que la madurez de la vida te hace ser mejor actor.
Fuente: Diario Clarin 2-3-03

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