sábado, 6 de noviembre de 2010


“NUNCA ME ACOSTUMBRÉ

 A LA EXPOSICIÓN






Metida de lleno en un nuevo desafío interpretar a Hamlet la actriz asegura que Para vestir santos tiene una audiencia multitarget y que, a pesar de sus más de 40 años de carrera, todavía le cuesta ser una persona pública. 

Desde su infancia, Gabriela Toscano quedó instalada en la memoria colectiva como una de esas nenas actrices que podía actuar en una novela familiar y hasta participar de películas como La Mary, en la que Carlos Monzón y Susana Giménez mostraban escenas de alto voltaje. En 1986, a los 18 años, viajó a París con un grupo de artistas y actuó en una de las películas más reconocidas en la historia del cine argentino: El exilio de Gardel, de Pino Solanas. Nunca dejó de trabajar: se convirtió en una figura fuerte para la ficción televisiva y siguió con su formación en el teatro. Ahora se luce como una de las hermanas conflictivas de Para vestir santos –unitario que promedia los 18 puntos de rating en El Trece– y sumará un nuevo desafío a su carrera: interpretará a Hamlet en una sala de teatro independiente. 

“Quiero mostrar que puedo hacer otras cosas. Quiero que se vea cómo fui creciendo. Si no, me retiro”, confiesa Toscano a Tiempo Argentino, en un café de San Telmo decorado con libros, velas. Se oye música clásica. En pocos minutos tendrá que repartir su tiempo entre grabaciones y ensayos, pero, según confiesa, con el amor intacto por la actuación.

 –Vas a actuar en una obra clásica y además con un personaje masculino. ¿Cómo se aborda?

–Es muy interesante. La obra es una versión de Carlos Rivas (el director de la puesta, quien además es su esposo). Se mantiene el texto de Shakespeare, pero hay una adaptación. Es un proyecto que Carlos tiene desde hace mucho tiempo, y me dijo que quería que yo fuera Hamlet porque es un personaje femenino en cuanto a su sensibilidad. Es una obra compleja, pero se mantiene en el tiempo, en un punto es imbatible. Todas las cosas que dice Hamlet son muy actuales. Además, es una obra política. Y Shakespeare es un autor  muy popular. Lo vamos a mostrar mucho más cercano de lo que la gente se imagina. 

–¿Encontraste el tiempo para armar este personaje en medio de las grabaciones?

–No paramos nunca de ensayar. Hace un año que estamos con este proyecto. Me gustó mucho que Carlos me propusiera esto y tomar el desafío. Hay un momento en el que uno tiene que hacerse cargo y enfrentar sus miedos. En esta profesión estás catalogada de determinada manera, y romper los moldes es difícil. Pero la vida es una sola y me quiero hacer cargo de este personaje. Es una ruptura muy importante. No sé si en la historia del teatro argentino hubo muchas mujeres que hicieran de Hamlet. 

–¿Cómo te sentís en la televisión?

–La experiencia de Para vestir santos es muy intensa. Me parece que armamos un buen trío, tiene mucho que ver con cómo somos nosotras tres, la relación que tenemos. La otra vez lo hablaba con Griselda (Siciliani)  y le decía que nosotras no somos amigas, pero tenemos algo en lo artístico como de hermandad, y de ahí se formó el vínculo. Hay una cuestión de respeto de los lugares, de las ideas de cada uno. 
–Y de repente las tres se ponen a cantar…

–¡Sí! Es muy original. Es una locura. Yo me dejo arrastrar. A veces me agarra algo y digo: “¡Chicas, por favor! ¡Qué estoy haciendo acá!” Pero nos ayudan a cantar y a hacer las coreografías. Lo que a mí me sorprende es que este programa tiene un público de diferentes estratos sociales. Una chica que hace malabares en un semáforo me dijo que lo ve. El otro día nos agarraron una familia de mujeres que eran cuatro generaciones y las cuatro lo veían. Hay algo que sobrepasa la clase media, es más popular. Me parece que tiene que ver con que son tres chicas de barrio. 

–Con tantos años de carrera, ¿te acostumbraste a la exposición?

–Nunca me acostumbré a la exposición. Un arquitecto termina su obra y la deja ahí, nosotros cargamos con lo que hacemos, las personas están expuestas al mismo tiempo, es complicado. Si la crítica sale al otro día, ese cuestionamiento es para uno. Pero me acostumbré a tomar riesgos.  Si estoy todo el tiempo pensando en el aval de los demás, me quedo sin hacer cosas. No quiero que me pase eso.  La crítica y las opiniones no me van a frenar. 

–¿Nunca te cansaste de actuar?

–A veces me siento cansada. Sobre todo cuando son las 7:30 de la mañana y ya estoy grabando. Pero nunca me cansé de actuar: me cansa todo lo externo, la tensión del estreno, las jornadas largas de trabajo, pero actuar es una de las cosas que más intactas tengo desde que soy chica. Es verdad que como uno trabaja con el propio instrumento se repite, pero es inevitable. El músico tiene el instrumento afuera, pero si hoy vengo con una hernia, tengo que salir y trabajar con la misma fuerza. 

–¿Te queda algún personaje importante por hacer?

–¡Me queda todo por hacer! Cada personaje va desarrollando una parte de uno, porque toca distintos temas. Hubo momentos de mi carrera en los que me sentí vacía. Pero hay que generar las propuestas. Por eso esta obra es para mí una herramienta para que pueda hacer otras cosas. Me gusta ser una persona reconocida por mi trabajo, me gusta que me saluden. No tengo problema con eso. Si la persona que viene es respetuosa y no es agresiva, lo disfruto. Igual, hay gente muy rara... Pero por lo general me tocan personas bastante normales.

Fuente: Diario El Argentino 5-11-10

No hay comentarios.:

CANAL DE VIDEOS EN YOUTUBE