Gabriela Toscano:
"Me gusta que el público joven me
redescubra"
Televisión.Referente de los unitarios de Pol-ka, es uno de
los personajes clave de “Esperanza mía”. Dice que los chicos que ven la tira de
Lali Espósito son “muy apasionados”.
Editora de Televisión
Si alguien hiciera un multiple choice con
protagonistas femeninas de unitarios de Pol-ka, probablemente su nombre estaría
en los tres casilleros. O en cinco. O en los que fuera. Y, sin embargo, después
de diez años, esta vez se animó a volver a la tira. Personaje clave deEsperanza
mía (El Trece), a Gabriela Toscano le "interesaba estar a las 9 de la
noche. Es otra temática, otro registro, otra gente del otro lado. Yo estaba muy
acostumbrada, casi cómoda te diría, a las 23 y a las temáticas de esa franja.
Esto es diferente y me gusta que el público joven me redescubra como
actriz". Sale de la productora y hay un puñado de fans que le sacan fotos,
que las suben a las redes sociales, que le escriben por Twitter, que la
reproducen en Instagram. Y ella se adapta a los tiempos que corren:
"Pensar que cuando estaba en Rosa de lejos(1980) me mandaban cartas
con estampillas".
Uruguaya, dulce y con oficio, este año eligió ser la madre
del personaje de Lali Espósito -la abandonó apenas nació, se calzó los hábitos
y la reencontró en el convento 21 años después (ver El vínculo entre...)-,
un rol que la sedujo para dar el sí: "No me gusta mucho hacer madres a
secas. Madre por el sólo hecho de ser madre no me interesa actoralmente. Tiene
que haber, como en este caso, una historia interesante, un algo más. Cuando
Adrián (Suar) me convocó y me empezó a nombrar a todos los otros actores, como
(Ana María) Picchio, (Rita) Cortese, Carola (Reyna), Fede (D'Elía), por decirte
algunos, me dieron ganas de probar un cambio. Y me atrajo estar con un público
nuevo, un público que viene siguiendo a Lali...
¿Hace ruido tener un público que no es genuinamente tuyo?
No, para nada, al contrario. Me estoy llevando muchas
sorpresas... La devolución que tengo es muy grata. En un público fanatizado,
son chicos muy apasionados. Me gusta movilizar desde mi actuación a gente mucho
más joven. Lo bueno es que un pibe de 20 años te diga "me encantás como
actuás" o "me creo todas tus escenas" o "cuando sufre Clara
sufro con ella".
¿Eso te dicen?
Sí, tal cual. Me pasa con ellos en la puerta de la
productora, o con una señora en el supermercado, que dice que ve el programa
con su nieta... Y eso me fascina, porque lo que uno hace con la actuación es
que la gente pueda meterse en un mundo que no es de uno, que pueda llorar,
pueda reír y después irse a dormir tranquilamente. Porque al fin de cuentas la
ficción es eso: es hacerle recordar a las personas cómo era la vida, sin ser la
vida. Si una palabra o una emoción le provoca algo al espectador, mi misión
como actriz ya está cumplida.
¿Te pasó en todos los trabajos?
En todos, absolutamente. Eso de que el actor es sólo ego y
por eso le gusta actuar no es verdad. Tiene un rol social que tiene que ver con
develar cosas que están ocultas. Por eso encaro los laburos desde un lugar
profundo, aunque esté haciendo una novela.
Tiene un camino andado, Gabriela Toscano. Debutó a los 4
años -enMúsica en libertad, infantil- y lleva 45 de trayectoria, con dos Martín
Fierro encima -precisamente por dos unitarios, Culpables yPara vestir
santos-, otro puñado de premios y una seguidilla de títulos en cine, teatro y
televisión que dan cuenta de su prestigio.
En estos 45 años, el medio cambió claramente. ¿El reflejo de
la fama también?
Sí, obvio, no es lo mismo. Con la tecnología se acortaron
las distancias. Antes te pedían un autógrafo y había sólo papel y birome. Ahora
salís y tenés celulares, tablets, en medio segundo ya estás en las redes. Te
sacan millones de fotos, te piden que los sigas por Twitter....
¿Sos una chica tecno?
Me conecto, pero no me obsesiono. Leo y contesto. El sistema
está bueno para escuchar qué le pasa al otro. Resistirse a la tecnología no
tiene mucho sentido. Y me gusta ver el programa y comentar las escenas. Eso es
lo más divertido que hay.
¿Se puede ver televisión y tuitear al mismo tiempo sin
perderte nada de lo que ves?
Lo que pasa es que, de alguna manera, yo ya lo tengo visto.
Y los chicos de esta generación pueden hacerlo porque tienen una gran capacidad
para disociarse sin perderse nada. Pueden hacer dos o tres cosas al mismo
tiempo. Saben fragmentar la cabeza, el pensamiento.
Mientras toma una lágrima, en un lluvioso atardecer de
otoño, la charla lleva a los cambios tecnológicos que experimentó la
televisión, desde sus comienzos a estos días: "Vos pensá que yo soy de la
época del blanco y negro y casi siempre con escenas en estudio. Creo que mi
primer exterior fue recién con Una escalera al cielo (1979), cuando
yo ya tenía 13 años. Hacía de una cafetera, salía a la calle y decía ‘café,
café'. Recuerdo haberlo hecho con mucha vergüenza.
¿Ya no hay vergüenza?
Tal vez algo de pudor, porque soy un poco tímida. Pero a
todo me fui acostumbrando, incluido al HD, que ve más que el ojo del hombre.
¿Eso es bueno o es malo?
Es lo que hay, el HD te ve el detalle.
¿Vos decís la arruga?
Eh, yo digo el detalle.
Se ríe, franca, suelta. Hay algo de esa nena que fue que aún
conserva. "A veces veo viejos trabajos míos, de cuando era muy chica, y me
pregunto si ‘¿yo actuaba así?'. Noto una evolución y eso me pone contenta.
Cuando uno es chico y empieza en este medio nunca sabe hasta dónde va a poder
crecer. La formación se da en el hecho de trabajar. Yo estuve muy formada en la
tele y recién después fui al teatro y descubrí que tenía otro
instrumento".
Esposa del director Carlos Rivas y madre de Bruno, de 20
años, viene de una seguidilla de unitarios -Amas de casa desesperadas, Mujeres
asesinas, Para vestir santos, entre otros- que le permitieron desplegar
sus tonos más dramáticos. Su Clara de Esperanza mía no
tiene nada que ver con la Clara de El puntero -su trabajo
anterior-, aunque se llamen igual, aunque el cuerpo sea el mismo. Sus
herramientas la habilitan a marcar la diferencia.
RECUADROS
“Lali tiene una energía especial”
Nunca habían trabajado juntas, pero cuenta que “conectamos
de entrada, pegamos onda enseguida”. Gabriela Toscano habla de su relación con
Lali Espósito, a quien define como “una máquina, labura, disfruta, tira siempre
para adelante. Lali tiene una energía especial”. En la ficción son madre e
hija, aunque Esperanza (Espósito) aún no sepa que la Hermana Clara es su
mamá. “Ella, como yo, se crió en la tele y sabe lo que quiere. Tiene un
registro de comedia muy bueno”, elogia.
Sor Clara
La monja que interpreta Gabriela Toscano es una de las más
queridas del convento Santa Rosa. Tiene un carácter explosivo, combinado con un
una curiosa suavidad. Fue madre muy jovencita: entregó a su hija (Esperanza),
con quien se reencuentra 21 años después.
Versión teatral: Clara cantará a dúo con su hija
El 4 de julio, en el Opera, se estrenará la versión teatral
de Esperanza mía. Fiel a ese recurso de llevar un éxito de televisión a las
tablas, el programa se convertirá en una de las atracciones de la avenida Corrientes
durante las vacaciones de invierno: habrá funciones especiales 4, 5, 11 y 12 y,
luego, estará todos días entre el 18 de julio y el 2 de agosto. Según los
libros que se están ajustando para llevar al teatro, el coro de monjas del
convento Santa Rosa (escenario narrativo principal de la tira) se preparan para
participar en un concurso que se realizará en el Vaticano. Con ese objetivo
como disparador, todos los personajes del programa encontrarán un rol clave
dentro de esta comedia musical que se llamará igual que en TV. Más allá de que
todas las monjas cantarán en vivo, habrá un momento musical especial -que aún
están escribiendo- en el que Toscano y Lali Espósito cantarán juntas un tema.
Susanita
Clara no es el único nombre que se repite entre sus personajes
de televisión: “También hago muchas Susana”, comenta Toscano, quien le dio vida
a Susana Martín en Amas de casa desesperadas (2006). También fue
Susy, una de las hermanas San Juan, en Para vestir santos (2010).
FUENTE: DIARIO CLARÍN 29-5-2015
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