Entrevista exclusiva de PURA VIDA a la actriz Gabriela Toscano
“Uno puede mentir para hacer el bien…”
Hoy, a las 22, en el teatro 25 de Mayo, subirá a escena “La Duda”, protagonizada por Toscano y Fabián Vena. Plantea el drama de una monja que detecta actitudes sospechosas en un superior, un sacerdote popular y progresista.
Por Marcelo Jozamimjozami@elliberal.com.ar“La Duda”, la premiada obra de John Patrick Shanley, subirá a escena hoy, a las 22, al teatro 25 de Mayo. Esta pieza, que plantea el drama de una monja, directora de una escuela católica, que detecta actitudes sospechosas en un superior, el sacerdote de la parroquia que dicta clases a un grupo de niños de 7º grado, cuenta con las actuaciones de Gabriela Toscano y Fabián Vena. A horas de presentarla en un teatro de Tucumán, PURA VIDA entrevistó ayer en exclusiva a la prestigiosa actriz Gabriela Toscano, quien se pone en la piel de la férrea religiosa que inicia una inclemente investigación en contra del sacerdote compuesto por Vena, intentando desenmascararlo aún sin pruebas.
¿”La Duda” profundiza sobre la ética o la moral?
“Sobre las dos cosas. Es una obra amplia. En ese aspecto, el autor es brillante al escribirla. De esta manera, le permite al espectador ampliar su debate”.
¿Es justo mentir para el bien?
“Si tengo que responderte como personaje, como lo que es la hermana Luisa, creo que ella se ha puesto sobre sus espaldas proteger la integridad de los chicos y puede llegar a hacer muchas cosas. Yo creo que, a veces, uno puede mentir para hacer el bien. Lo que pasa es que si te hablo mucho de esto revelamos toda la obra”.
La obra, más allá del tiempo en que transcurre (1964), ¿tiene vigencia en relación a hechos qué ocurrieron hace poco en instituciones religiosas?
“La obra tiene mucha vigencia no solamente por eso sino porque también suceden en otros ámbitos, como los colegios que no son religiosos o como los clubes, incluso el abuso de los chicos en las mismas familias sean de clase muy baja o muy alta. Lo que plantea la obra es quienes son los educadores de nuestros hijos, con quiénes están. Este es un tema que a mí, particularmente, me toca de cerca. La obra transcurra en 1964 pero su temática es actual”.
¿Cómo recibe la gente a la representación de esta historia?
“Lo que le pasa a la gente es muy variado. En la primera hora ríe mucho, porque la obra tiene humor, especialmente cuando la hermana Luisa, que es una educadora muy rigurosa, trata de educar a la hermana Clara, que es una monja joven e inocente. En el desenlace, es más dramática. Es aquí donde la gente tiene dudas y certezas de la historia que estamos contando”.
¿Vale la pena componer a la hermana Luisa?
“La composición que hago aquí es totalmente diferente a lo que hago en la televisión. Yo he crecido mucho con esta obra, porque la experiencia de hacer este personaje es muy fuerte. Las actrices nos quejamos de que no tenemos papeles importantes en el teatro, pero el de la hermana Luisa es un papel que vale la pena hacerlo. Es muy emocionante”.
Fuente: Diario El Liberal (Santiago del Estero)
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