miércoles, 28 de febrero de 2007

"AMAS DE CADA NO FUE UN PRODUCTO MASIVO"



Por Magela Demarco. Fotos: Ary Kaplan Nakamura.
La actriz encabeza junto a Fabián Vena el elenco de "La Duda", de John Patrick Shanley, en el teatro Liceo. Allí encarna a la hermana Luisa, una inflexible directora de escuela que tiene la sospecha de que un cura del colegio abusa de uno de los niños. Dirigida por Carlos Rivas, su esposo, Gabriela Toscano comenta que, lejos de ser una presión, "Trabajar con él para mí es un placer porque nos potenciamos"
Gabriela Toscano, datos biográficos Nació en Montevideo (Uruguay), en 1965 y comenzó su carrera actoral antes de cumplir los diez años.
"Los machos", "Situación límite" y "Culpables" son algunos de los programas de televisión en los que participó. El año pasado, fue una de las cuatro actrices elegidas por Adrián Suar para protagonizar la serie "Amas de casa desesperadas", en donde personificó a Susana Martini, una dibujante de cuentos para niños, separada y con una hija adolescente, que intenta volver a enamorarse.



En cine participó de filmes como: "La Mary" (1974), "El exilio de Gardel" (Tangos) (1985), "Sur" (1987), "No quiero volver a casa" (2000), , "El buen destino" (2005). 

Y en teatro se la pudo ver en "La prueba", de David Auburn, donde compartió cartel con Pablo Rago, Osvaldo Santoro y Carola Reyna. Hoy se luce en "La duda", dirigida por Carlos Rivas, con Fabián Vena, Silvia Baylé y Magela Zanotta, como compañeros de elenco.





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Fuente:Conexiones -Diario Clarin 28-2-07

domingo, 25 de febrero de 2007

Filmografía

1.
El buen destino (2005) Marión
2.
No quiero volver a casa (2000) Susana
3.
Guerreros y cautivas (1989)
4.
Sur (1987)
5.
Debajo del mundo (1987)
6.
El exilio de Gardel (Tangos) (1985)
7.
Los viernes de la eternidad (1981)
8.
Las aventuras de Pikín (1977)
9.
Jacinta Pichimahuida se enamora (1977)
10.
Los cuatro secretos (1976)
11.
Los chicos crecen (1974) Alejandra
12.
El sexo y el amor (1974)
13.
La Mary (1974) La Mary (niña)
14.
Luces de mis zapatos (1973)

martes, 20 de febrero de 2007


“ACTUAR ES PENSAR Y CORREGIR”


En la pieza que se presenta en el Liceo, la actriz es la hermana Luisa, un rol que significó “un desafío de composición”.


“La energía del actor transmite en directo”, afirma Gabriela Toscano, actriz que comenzó su carrera antes de cumplir los diez años, en televisión y publicidad. Empezó tan joven que recuerda los cambios en los modos de producción televisiva, principalmente en lo atinente a los ensayos, una instancia que hoy se saltea casi por regla: “Hoy se hace la experiencia en bruto, se graba y se prueba directamente para dos millones de espectadores”, describe la actriz de Amas de casa desesperadas, recordada por su participación en Los machos, Situación límite y Culpables y, en cine, por El exilio de Gardel, de Pino Solanas, que rodó cuando sólo contaba con 19 años. “Descubrir algo de uno que no sabía que estaba ahí, eso es lo interesante de ser actor. Meterse a imaginar a otro desde uno mismo”, afirma, ahora a cargo de uno de los papeles protagónicos de La duda, de John Patrick Shanley, obra de éxito en Broadway, ganadora de cuatro Tony, además del Pulitzer, en 2005. Dirigida por Carlos Rivas (Cristales rotos, La prueba), la pieza fue estrenada el año pasado en el teatro Liceo, con Susú Pecoraro en el rol que hoy asume Toscano. El elenco continúa igual que cuando se produjo el estreno, integrado por Fabián Vena, Silvia Baylé y Magela Zanotta.

La obra comienza con un sermón a telón cerrado en el cual, dirigiéndose a la platea como si fuesen los feligreses del joven padre Flynn, Vena hace decir a su personaje: “¿Qué se puede hacer cuando no estamos seguros?”. Si bien el objeto del discurso se relaciona con la fe en Dios, en verdad sus palabras anticipan una problemática que va a desarrollarse en torno de uno de sus actos, sospechado de cometer un abuso en contra de uno de los alumnos de la escuela que regentea la hermana Luisa. No fue éste un personaje pensado para Toscano desde el principio, porque Rivas (quien es también marido de la actriz) consideró en su momento que esta monja debía de ser una mujer algo mayor, con otras características físicas. Por eso es que Toscano habla de “desafío de composición” cuando se refiere al compromiso de asumir el reemplazo de Pecoraro en tan poco tiempo. “Pero era muy difícil negarse a hacerlo: Carlos me había dado a leer la obra desde que estaba planeando dirigirla y siempre me pareció que ése era uno de esos personajes que un actor no puede perderse de hacer”, cuenta. “De modo que ensayamos sólo un mes, pero de 5 a 6 horas por día y con el texto ya sabido, para empezar a encontrar los detalles que hacen al comportamiento de este personaje.”

Si se le pide que se explaye sobre su rol, la actriz lo define como “una guardiana feroz de la integridad de los niños que asisten a su escuela, una guardiana de la educación, que protege a todos los que están a su alrededor. Porque también está preocupada porque la hermana Clara no se equivoque y conozca las razones por las cuales decide tomar los hábitos”. Para Toscano, esta tarea de control, defensa y protección que la protagonista asume redunda en un forzoso alejamiento de cuestiones que hacen a su propia persona: “Estas preocupaciones le hicieron abandonar su estado físico, despreocuparse totalmente de su aspecto y olvidarse, en parte, de sí misma. Estoy profundizando en el hecho de que la hermana Luisa estuvo casada en el pasado, que es viuda de un combatiente de la Segunda Guerra. En pensar y corregir, en encontrarle cosas nuevas a una obra, en eso consiste la actuación”.

Que por subtítulo la pieza lleve la expresión “una parábola” alude, según considera Toscano, no solamente a los sermones eclesiásticos a cargo del padre Flynn, sino “a las enseñanzas que entrañan la mayor parte de las palabras de la hermana Luisa. Al leerla, primero puse en duda algunas de sus frases, pero después de analizarlas, descubrí que contienen verdades que llaman la atención, como cuando ella dice: ‘La inocencia es una forma de la haraganería’”. Más allá del tema del abuso de menores, troncal en la obra, hay otros temas que a Toscano le interesan: “Me gusta hablar del estado de las mujeres dentro de la Iglesia, de su status de inferioridad respecto de las jerarquías que asume el hombre. Porque aun creyendo que tiene la verdad sobre el caso, ella tiene que entablar una lucha en contra de los hombres que pueden querer tapar las actitudes del cura”. El personaje de Silvia Baylé, madre de uno de los alumnos, así como la hermana Clara, también contribuyen a subrayar la existencia de un mundo de mujeres que viven supeditadas a la voluntad masculina: “Una es la pareja de un hombre golpeador y lo que necesita es proteger a su único hijo; y Clara parecería que en cualquier momento cede a la tentación, por lo embelesada que está por la figura del sacerdote”.

“Me parece que la vida es tan exigente en todo sentido que la gente no tiene tiempo para reflexionar demasiado”, dice Toscano, luego de subrayar que “uno hace teatro para que la gente disfrute, pero también para revelarle cosas. Que sea drama o comedia, no importa si de algún modo la energía del actor en vivo moviliza al espectador: el actor y el teatro revelan algo de la vida que está oculto”. Toscano afirma saber que a la salida del teatro continúa entre los espectadores la polémica que se establece en la platea, porque el autor se cuida muy bien en darle la razón a uno u otro personaje, de modo que hay tantos argumentos en contra del padre como a favor de él. No obstante, las dudas de la actriz son otras: “En mi caso personal, la mayor cantidad de dudas que me aparecen tienen que ver con la crianza de mi hijo. Por eso es bueno que, además de usar la intuición, uno pueda manejarse con alguna certeza”.



Fuente : Pagina/12 Martes, 20 de Febrero de 2007

lunes, 12 de febrero de 2007

“ME GUSTA SER UNA PERSONAL NORMAL”

Por María Laura Santillán
¿En qué se parecen y se diferencian las dos niñas prodigio de la tele? ¿Qué tenés en común con Andrea del Boca?
-¿En qué me siento parecida? Supongo que en la edad. Empezamos muy chicas, pero somos muy diferentes. Ella empezó a ser protagonista de chica. Y yo hice una carrera más, digamos, de personajes. Era la hija de, la prima de, la sobrina de, la tía, la amante. Andrea tiene un papá director y además Alejandro Doria es el padrino. Yo no tenía nada que ver con este medio.

-En tus comienzos, ¿te hubiera gustado tener cerca a alguna persona que te apoyara y confiara en vos?
-Nunca tuve un padrino (ríe). Pero me hubiera gustado. Igual no me parece fundamental. Yo descubrí que me gustaba actuar y empecé a ser actriz.

-¿Cuándo descubriste tu vocación?
-De grande. Después de la adolescencia, yo no sabía si seguir esta profesión. Era una nena que trabajaba y que tenía condiciones, pero no sabía si tenía talento ni si esto iba a continuar. Y de más grande tuve que asumir mi condición (ríe) y desarrollarla. Porque era lo único que era mío. Y a partir de ahí cada día me gustó más.

-¿Y eso cuándo fue?
-Hace más o menos once años. Fue la madurez de la vida: encontrarme con mi marido, agrandar una familia, eso me hizo reflexionar y conocerme. Los hechos importantes te cambian.

-¿Cómo es estar casada con un señor 16 años mayor? ¿Se sienten las diferencias?
-El es muy divertido, es una persona muy encantadora, yo lo admiro. Y qué sé yo, a veces se nota la diferencia. El está más avanzado que yo (risas), me saca ventaja en la madurez de la vida.

-¿Se puede trabajar con el marido?
-Yo estoy entrenada con él como actriz. Todos los trabajos que voy a encarar son conversados. Porque su opinión, para mí, es muy valiosa. El es muy talentoso.

-En estos nueve años de convivencia, ¿fantaseaste con casarte legalmente?
-Sí, nos íbamos a casar antes de que naciera Bruno. Hasta fui dos veces al Registro Civil, pero como fui en enero siempre estaba cerrado (ríe). Pero nos gustaría casarnos. Hemos construido una familia.

-Ustedes dos y Bruno.
-Sí. Somos como una familia tradicional.

-Tus últimas parejas en la tele son personajes en sí mismos, Roberto Pettinato (Primicias) y Alfredo Casero (Culpables).
(Interrumpe) - Con una personalidad muy fuerte (ríe).

-Y pesos pesados.
-Sí. Dos pesos pesados. Y muy diferentes el uno del otro.


-Te debés haber divertido mucho con ellos.
-Sí, me divierto. Pero no todo es una fiesta en este trabajo. Con Casero nos queremos mucho y hacemos lo que nos gusta. Pero tenemos (ríe)... nuestras diferencias.

-¿Discuten hasta que sale cada escena?

-Y, él me propone una cosa y yo le propongo otra y después sale: transamos.

-¿Quién tiene carácter más fuerte de los dos?
-Yo tengo mi carácter (risas).

-O sea que a veces se pone lindo.

-Y, se pone.


-¿Sos de las actrices que trabajan su cuerpo, hacen gimnasia y se cuidan?
-No, tendría que hacer más gimnasia.

-O sea que sos de las que piensan que debería cuidarse más.
-Sí, pero encaro el tema relajada. No se puede estar todo el tiempo cuidando el cuerpo. Uno se cuida y después se come un sanguchito de miga.

-Después dos.
-Después dos y se cuida de nuevo. Hay que estar un poco más relajado con el cuerpo. Estamos muy exigidas las mujeres en este país. Y la pasamos mal si estamos todo el día obsesionadas con eso. Yo soy una actriz, no soy modelo ni vedette, entonces tengo más permiso.

-¿Cómo te llevás con el paso de los años?
-Mejor que cuando era chica (ríe). Disfruto más de las cosas. Pero me gusta crecer. Había algo de la vida que me angustiaba siempre y no sabía qué era.


-¿Qué era?
-No sé, pero haber conocido a Carlos y formar esta familia me acomodó, me sacó esa angustia que tenía. Uno piensa para qué está en esta vida, ¿no? Me parece que yo estoy para crecer, para madurar.

-¿Y contra qué tenés que luchar para poder crecer?
-Contra mis miedos, mis inseguridades. -Digamos, una chica muy normal. -Mi locura sale por el lado de la actuación, creo que pongo mucho ahí. Me gusta ser una persona normal. Me gusta pasar inadvertida, porque puedo observar a la gente, ver qué le pasa, cómo se viste. Yo disfruto de eso, es mi naturaleza.

-Podés estar en la tele y a la vez pasar desapercibida
-Sí, no puedo ser de otra forma. No me sale. ¿No ir más al parque? ¿No ir al supermercado? No me sale, yo disfruto de esas cosas. Tengo un perfil bajo. No tengo otra cosa mejor para dar que lo que yo soy como actriz.

-¿Sos un poco ermitaña?
-Sí, un poquito. A lo mejor soy un poco tímida.

-O sea, en tu vida no hay escándalos, pero si los hubiera tampoco se conocerían.
-Y, no (ríe). No se sabrían.


Fuente: Diario Los Andes -Mendoza
"LAS ACTRICES SOMOS AMAS DE CASA 
CUANDO ESTAMOS DE VACACIONES"



Susana Martini es una mujer impulsiva, desordenada y con un corazón problemático. Divorciada, es una ilustradora de libros para niños que parece no salir nunca de su adolescencia, a pesar de haber cumplido los 40. Carga con la responsabilidad de ser ama de casa, madre de una adolescente y -sobre todo- mujer ansiosa de reencontrarse con el amor. En ese contexto, transcurren sus días en el barrio "Manzanares," entre la búsqueda de los secretos que desencadenaron el suicidio de su amiga Cecilia Oviedo, la difícil tarea de encauzar la incipiente sexualidad de una niña de 15 y la intensa pero complicada relación sentimental con un vecino asediado por las mujeres y la Justicia. Considerada como "una loca adorable", sueña con encontrar al hombre que la acompañe, que la ame y le brinde noches de pasión. Como ama de casa, es buena madre y, como madre, es buena amiga. Así es Susana, frontal, espontánea y en todos los términos pasional... Algo de todo eso, aunque no demasiado, lleva consigo Gabriela Toscano (41), quien en lo profesional parece haber alcanzado un punto máximo -hasta ahora- de su carrera, con un protagónico en una apuesta muy fuerte como lo es "Amas de Casa Desesperadas", la sitcom emitida por Canal 13 filmada casi íntegramente en Pilar. En lo personal, esta montevideana de nacimiento y porteña por decisión familiar, exterioriza un buen momento de estabilidad y serenidad. Busca refugiarse en las cosas cotidianas, pero no al punto de considerarse un ama de casa hecha y derecha, ni mucho menos.Autodefinida como una mujer sentimental y algo distraída, reconoce que el papel de ama de casa no es para ella, aunque disfruta -cada vez que el trabajo la deja- de la vida corriente en su barrio porteño.En los últimos días de rodaje de la primera temporada, Gabriela recibió a Revista Pilar City & Countries en pleno set de grabación de "Amas de Casa...". 

Revista Pilar City & Countries: -¿Cuánto hay de Gabriela en la personalidad de Susana Martini?
Gabriela Toscano: - Y... qué se yo. Puede ser que las dos somos un poco voladas y despistadas. También soy una persona muy sensible, igual que ella. De todas maneras, creo que los personajes pasan por uno. Uno es el instrumento a través del cual el personaje cobra vida y por eso no se pueden separar uno del otro. El actor, a través de sí mismo, defiende el personaje con sus sentimientos e impresiones, uno actúa con todo eso. Por eso se me hace muy difícil separar a Susana de Gabriela. Sí, a mí no me pasa todo lo que le pasa a Susana: no estoy buscando un amor ni estoy separada, nada de eso. Por suerte, todavía nunca me tocó en la vida real pasar por alguna situación en las que se ve envuelta Susana; tal vez por eso me divierto mucho interpretándola.

PC&C: -¿Cómo te llevás con el rol de ama de casa?
GT: -Hago lo que puedo. Yo siempre digo que primero soy profesional y bastante después soy ama de casa. Yo trabajo desde que era chica y lo de ama de casa fue desarrollándose después. Es que es muy difícil ser ama de casa. Trabajar, volver a la casa, organizarla, llevarla adelante... la verdad es que yo admiro mucho a las mujeres que cumplen ese rol. No sé, tienen una fuerza que no sé de dónde sale, tanto físicamente tanto como una predisposición especial para todo eso.

PC&C: -¿Te es más difícil ser ama de casa que actriz?
GT: No sé...tal vez sea difícil ser ama de casa porque no tiene que ver con la realización personal de uno, sino con crecer, ser grande, pertenecer a una familia. Tiene que ver con el trabajo y el deber que supone una familia, que es algo muy grande.

PC&C: -¿Algún día serás ama de casa cien por ciento?
GT: -No, para nada. Las actrices somos amas de casa cuando estamos de vacaciones. Ahí somos cien por cien porque dejamos todo y nos dedicamos a disfrutar de la casa y de nuestra familia. Disfruto mucho de las cosas cotidianas, como toda mujer. Digamos, el hecho de ser actriz no priva de llevar una vida normal, tranquila. El argentino, generalmente, fantasea con que las actrices vivimos en un mundo de fantasía, llenas de maquillaje y de peinados, y la verdad es que nada que ver. Uno se produce cuando actúa o cuando va a un evento, pero de las puertas de casa para adentro somos mujeres totalmente comunes, como la que trabaja en una oficina o la que es ama de casa. Yo vivo en el barrio de Saavedra y siempre ando por la calle en zapatillas y sin maquillaje, y eso me lo he permitido desde siempre. Pero tampoco me cuesta nada arreglarme si tengo que hacerlo.

P C&C: -¿Qué balance hacés de tu experiencia en la tira?
GT: - Fue una experiencia muy buena, porque se trata de un proyecto que era un poco inalcanzable porque era una megaproducción de Estados Unidos, teníamos un poquito de miedo antes de empezar. Pero después fuimos tomando confianza y ahora nos sentimos muy cómodas. Pudimos despegarnos de la presión que significaba el éxito de allá para pensar cien por ciento en lo nuestro.


PC&C: -¿Estás conforme con el producto terminado que ves en la televisión?
GT: -Sí, me gusta mucho. Me parece que es un lenguaje nuevo, que no había en la televisión. Surge como algo diferente a la temática clásica del costumbrismo, que es a lo que nos tiene habituados el medio. Me parece que es una nueva forma de contar en la estética y en el relato, y eso hace que la gente pueda detenerse a pensar un poco más, como que no tiene todo servido en la mesa para ver.


PC&C: -Es un rasgo distintivo de la tira el buscar la narración de historias que, en su mayoría, podrían ser tranquilamente reales? 
GT: -Sí, algunas cosas pueden ocurrir en la vida cotidiana, aunque no todo. Hay cosas que son de gran suspenso y bastante ficcionales. Lo que yo rescato de "Amas de Casa..." es que relata una historia y se cuenta esa historia. Es un cuento. Por lo menos, con Araceli, Carola y Mercedes decimos que esto es un cuento que se va contando por capítulos. Es un cuento de hadas que, en el fondo, no es así, porque en cada historia viven pasando cosas políticamente incorrectas.

PC&C: -¿Considerás un tiro por elevación al estereotipo de vida country, al estilo "nuevo rico"?
GT: -No es el objetivo, pero podría llegar a ser... En realidad, esto es un barrio. En Estados Unidos, se supone como un barrio de clase media; pero acá, por sus características, es más comparable con lo que puede ser un country. Pero podría compararse con ese estilo de vida que transcurre como muy formal y que en realidad lleva mucho de apariencia. Aunque no creo que en todo, porque hay gente honesta y buena. Como en todos lados, como en la tira.

PC&C: -¿Cómo es la relación con tus "vecinas" fuera de la ficción? 
GT: -Buenísima. Cuando estamos las cuatro juntas nos desordenamos un poco, porque nos encanta juntarnos en el camarín a charlar y contarnos cómo nos fue en las grabaciones. Lo que pasa es que no filmamos mucho tiempo juntas, porque cada una tiene su historia y por lo general son pocas las escenas en las que estamos todas. Lo disfrutamos mucho y casi siempre al mediodía nos vamos a comer a algún restaurante de Pilar, que hay muchos y están muy buenos. Y varias veces nos tienen que llamar por teléfono para que volvamos a trabajar, porque nos colgamos charlando.

PC&C: -¿Se proyecta hacer "Amas de Casa Desesperadas 2"?
GT: - Sí, está la posibilidad de hacer el segundo año de la tira, pero todavía no lo tenemos confirmado. Mi futuro laboral depende de eso, porque tengo varios proyectos pero quiero esperar a ver qué pasa con "Amas de Casa...". Las ofertas que tengo no están demasiado firmes y, aparte, mi prioridad es continuar con Amas de Casa. Porque, cuando comenzamos a filmar, nos comprometimos para hacer un segundo año si es que se da. 

Fuente: Revista Pilar C&C 24/11/06
"LO QUE ME INTERESA ES HACER PERSONAJES Y CONTAR HISTORIAS"



Sin antecedentes artísticos en su familia, empezó a los 4 en "Música en libertad infantil" por un concurso al que su hermana la llevó de casualidad. El año pasado hizo en TV "Amas de casa desesperadas". Y ahora protagoniza "La duda", en el Teatro Liceo.

"Cuidado con este escalón", avisa Gabriela Toscano mientras su delgada figura avanza por los pasillitos oscuros que conducen a los camarines. Ante el comentario de lo bello que es el Teatro Liceo (donde protagoniza "La duda" junto a Fabián Vena), Toscano invita al escenario, ya preparado para la función de esa noche. Mientras una señora acomoda las butacas, la actriz cuenta la historia de las carretas que estacionaban hace más de 100 años en la puerta de los teatros: de allí viene la costumbre de decir "mierda" en vez de "suerte" antes de una función. "Cuanta más había en la puerta, más público había en el teatro".


Debutaste a los 4 en la TV. Con tantos años de carrera, ¿cómo lográs mantener el perfil bajo?
Creo que es un perfil que fui armándome y tiene que ver con lo que a mí me interesa, que es que se vea mi trabajo. No tengo mucho para ofrecer, no tengo escándalos. No sé si es bajo perfil, es la manera de hacerme conocer. Mi trabajo es lo más importante que yo tengo para dar, es cuando más soy yo, lo más íntimo es eso, cuando estoy creando. Y además tiene que ver con quién soy yo, con mi naturaleza, con mi mundo. Así que si me ven actuar, descubrirán quién soy, más profundamente.

¿Alguna vez tuviste dudas de tus elecciones profesionales?
Uno siempre tiene dudas porque es muy difícil vivir de esta profesión. Entonces a veces uno acepta trabajos porque es buena plata y es un buen elenco, y no tanto por un personaje. A medida que uno va avanzando ve qué deja y qué no deja. De todos modos, trato de encaminarme para el lado que me gusta, que es tratar de hacer personajes y contar historias. 

En plena temporada teatral, ¿te queda tiempo para disfrutar de otras cosas?

Ahora me estoy reorganizando, porque ha sido un mes muy duro de trabajo. Ensayamos 6 horas por día, y ahora como que recién me estoy relajando un poco. Pero quiero volver a ir al cine, a pasear con mi hijo, y con Carlos (Rivas, su marido y director de "La duda"), ahora que tengo más tiempo y que no estoy en la tele (terminó de grabar "Amas de casa desesperadas" en octubre). Son como unas vacaciones de la tele y me da la chance de tener el día libre, para disfrutar más de mi casa y de ir al gimnasio.


¿Vuelve "Amas de casa..."?
No sabemos. Todos tenemos buena voluntad, pero si se hace, se hace en septiembre, y para septiembre falta casi un año, y eso es mucho tiempo. Nos gustó mucho hacerlo, así que veremos qué pasa.

Leí que antes sufrías cuando veías tus trabajos. ¿Cuándo empezaste a disfrutarlos?

Sufría porque yo actuaba y no entendía bien, actuaba mucho por intuición. Uno se expone mucho, por intuición, va y lo hace, pero había algo que no me dejaba tranquila. Y cuando empecé a descubrir que uno se podía preparar para actuar, y que no sufría tanto para actuar, me di cuenta que podía empezar a corregir. No era que me iba a salir al principio y después no me iba a salir más, sino que había una técnica. Incluso Carlos siempre me dice que yo tenía mi propia técnica, lo que pasaba es que no la había etiquetado. Me di cuenta que podía corregir la actuación, que podía repetir, que podía ser mejor. Ahí empecé a disfrutar.

¿Trabajaste de otra cosa alguna vez?

Nunca. Aunque he pasado momentos muy duros, te digo, de no trabajar.

Y en esos momentos, ¿nunca se te ocurrió hacer otra cosa?
No, no podía. Además, no sé hacer otra cosa (risas). Podría haber hecho otra cosa porque me doy maña, pero no, nunca. Ni de moza, ni de lavacopas, nada. Increíble.


¿Te imaginás dirigiendo?
No, tengo mucho respeto hacia la dirección. Me gustaría, por supuesto, saber más pero no sé si es lo mío. Me parece que lo mío tiene que ver solamente con la actuación. Esto te lo digo ahora; dentro de 10 años, no sé, pero me parece que también uno puede actuar con el crecimiento. Lo que pasa es que hay que investigar mucho. En la actuación uno tiene que crecer constantemente, es un trabajo que además va de la mano de la vida: como uno piensa la vida, uno piensa la actuación. Es bastante complicado. Me parece que lo mío es por ahí, por actuar y por crecer en eso.


Fuente: Diario La razon 11.02.2007

lunes, 5 de febrero de 2007


sábado, 3 de febrero de 2007

Gabriela Toscano 
"NO ES UNA COSA LIVIANA HACER UN CHEJOV"


Actriz desde los 4 años, fue muy elogiado su trabajo en "La gaviota", que dirige Augusto Fernandes.


Por Silvina Lamazares Viéndola encarnar a Masha, en "La gaviota", de Antón Chejov, no queda duda de que se trata de una actriz con garra y talento natural. Pero cuando termine la temporada del San Martín, Gabriela Toscano estará otra vez sin trabajo. Aunque circula por escenarios y estudios de cine y TV desde los dientes de leche.

Su papel de Masha la deja "algo despeinada y con una extraña sensación de felicidad", reconoce Gabriela Toscano

Aquella pizcueta del aviso de heladeras en el que la madre le gritaba "­la puertaaa!", su paso por Rosa de lejos o la mujer independiente de Los machos dejaron huella, se ve, en la memoria de un puñado de varones que la siguen de cerca por una plaza de Belgrano. "¿Por qué no trabajás más en la tele, eh?" Ella está por contestar "porque no me llaman", pero evita la respuesta cruda y seca y escapa por la tangente: "Pasa que estoy haciendo teatro, por eso no me ven".
Ocultar no siempre es mentir, habrá pensado Gabriela Toscano, envuelta ahora en las ropas de un personaje de La gaviota, de Anton Chejov, y alejada del medio en el que hizo pie a los 4 años. A pesar de haber puesto su mejor cara en una veintena de comerciales, en varias tiras, unitarios y especiales "desde 1969 hasta agosto del año pasado", el teléfono de la chica no suena para hacer tele. No le preocupa demasiado, jura, aunque se nota que el punto algo la inquieta.

De todos modos, tiene para un mes más con la obra que cada noche sube a escena en la Sala Casa Cuberta del Teatro Municipal General San Martín. "No es una cosa liviana hacer un Chejov. Es la primera vez que lo hago y espero reincidir. En la Argentina no hay muchas posibilidades de hacer teatro de autor y ahora que me tocó en suerte lo aprovecho a full", reconoce la Masha de ficción.

Las dos horas y media que dura La gaviota, dirigida por Augusto Fernandes, invitan a hurgar en las entrañas de un grupo de personas al que la vida lo tiene a maltraer, con historias cruzadas, amores desencontrados, penas en el alma y la decisión de seguir viviendo a pesar de todo.

"El eje de la obra es que todos aman a alguien y ninguno es correspondido. Y mucho, pero mucho de eso le pasa a Masha, una mujer muy desgraciada, que ha armado su propia vida así, angustiada, destruida. Ama y no tiene respuestas, y eso la tiene por el piso con sus ánimas. Es un personaje verdaderamente denso", califica la uruguaya que cruzó el charco a principios del 69, poco antes de que su hermana mayor la llevara al casting de Música en libertad infantil. Su picardía de aquellos tiempos mozos, el pelo larguísimo y dos dientes de menos la zambulleron de movida en la TV.

Después llegaron las publicidades de "­la puertaaa!" "con su bocadillo de "hemos vuelto a la normalidad" y de una pasta dental; papeles en los programas Lo mejor de nuestra vida, nuestros hijos; Rosa de lejos; Alta comedia; Los chicos crecen; Situación límite y Los machos, entre más. En medio de tanta pantalla chica se hizo un lugar en la grande, participando en la opera prima de Luis Puenzo, Luces de mis zapatos, en La Mary (hizo de Susana Giménez de chica) y en dos películas de Pino Solanas, El exilio de Gardel y Sur, que la mostraron más suelta de cuerpo.

Un curso de actuación con Augusto Fernandes le valió que él la descubriera y la convocara para trabajar en Madera de reyes (en 1994) y ahora en La gaviota, cuyas funciones la dejan "algo despeinada y con una extraña sensación de felicidad".

"¿Sacude un poco meterse en la piel de Masha?
"No, la verdad es que no salgo sacudida. Creo que uno se mete ahí en el momento, y después se terminó y se terminó. Quizá, salíamos sacudidos cuando ensayábamos. Ahora ya transitamos por esos lugares, sabemos qué nos puede pasar y qué no.

"El teatro siempre tiene algo de imprevisible...
-Sí, claro, pero tenemos una buena base de trabajo. Cuatro meses de ensayo han ayudado a que uno entre y salga del personaje sin costo alguno. De todos modos, ninguno es un papel sencillo. Por suerte, hay que meterse a fondo para encontrar la médula de las criaturas de Chejov.

Para tamaña tarea, considera ella que "no cualquiera puede dirigir un autor así. Porque todo lo que pasa en un Chejov está atrás de lo que se dice. Que lo hiciera Fernandes fue la certeza de que la obra no iba a ser abordada como una pieza lenta, aburrida".
El orgullo por trabajar en La gaviota le tapa la realidad que se le avecina a partir del 20 de diciembre, cuando la obra baje de cartel. El teléfono no suena por trabajo (alguna cosita que no le gustó demasiado le han ofrecido en el último tiempo).

"¿Cómo debería ser una propuesta para que des el sí?
"Primero, que sea propuesta. Que me llamen. Y después, que el proyecto sea interesante. Siempre estoy dispuesta a escuchar, y luego decido en función del producto, del personaje en cuestión, de cómo anda mi bolsillo.

Mientras tanto le caderea a la ansiedad, supone que la quietud laboral en su medio responde a "cuestiones generales que van más allá de mí", y sigue. No espera. "Si sale algo, bien venido sea. Pero no puedo darme el lujo de caerme hasta que alguien me levante. Tengo un hijo, que además es divino", se babea, a metros del gurrumín de casi dos años que "habla hasta por los codos. Y está contento, porque si no hay trabajo, nos vamos de vacaciones".

Fuente: Diario Clarin : 28 de noviembre de 1996.
¿La Toscano y Las Otras Desesperadas 
Son Como Las Mujeres Argentinas?


En la tira que emite Canal 13, personifica a Susana Martini, una dibujante, divorciada y con una hija adolescente, que inicia el camino de la soltería plagada de torpezas.
Gabriela Toscano, que actúa en la tira "Amas de casa desesperadas", que se emite los miércoles 23:30 por Canal 13, dijo que uno de los desafíos del proyecto constituyó en "no repetir el costumbrismo" de las series argentinas e imitar el tono del éxito de la TV estadounidense.
En la tira, Toscano personifica a Susana Martini, una dibujante de cuentos infantiles, divorciada y con una hija adolescente, que inicia el camino de su nueva soltería plagada de torpezas de eterna adolescente.
La serie que en su primer capítulo llegó a los 24,6 puntos de rating y esta semana logró 20, superada en ambos por Montecristo" y "Hermanos y detectives", productos de Telefé.
El personaje de Toscano se debate entre el vínculo con su ex marido, Raúl Taibo, y el plomero Juan Palomino, y de quien ella se enamora, aunque en este caso deberá pelear con Carla, el personaje encarnado por Romina Gaetani.
La actriz de "Sur" y "Los machos" aporta en este rol su simpatía, su versatilidad y junto a Carola Reyna y Mercedes Morán constituyen el soporte actoral de la serie. En un reportaje concedido a Télam, Toscano se refirió a su trabajo en la serie:

-¿Conocías la serie estadounidense?
-No la conocía porque no la había visto nunca, pero la había sentido nombrar porque Carola Reyna es fanática y por esa época estábamos trabajando juntas en teatro.

-Es una comedia, ¿pero de qué estilo?
-Es un nuevo tipo de comedia al límite, con drama y policial.

-¿Pero es una serie femenina?
-No, habla de mujeres maduras, aunque estas cuatro amas de casa son un desastre, pero es una serie que no está dedicada a las amas de casa que uno se imagina. En realidad habla de la desesperación de estas mujeres. Es una obra unisex, sobre mujeres que están al borde de un mundo perfecto e idílico. Eso está bueno porque uno sabe que no es así la vida, entonces te hace reflexionar desde otro punto de vista.

-¿Hasta qué punto no plantea todo desde un punto de vista tradicional?
-La serie plantea algo más real, como la pareja de Araceli y Martín Seefeld (Gabriela y Carlos Solís), que él la llena de regalos y ella lo que quiere es que él llegue temprano a casa para cenar. Mi personaje, por ejemplo, intenta enamorarse y se engancha con uno que tiene miles de problemas.

-¿Por qué se respetó la estética original y no se argentinizó la serie?
-Se trata de hacer todo lo más parecido posible en la estética, que parece de cuento, al original. Si hiciéramos otra cosa, no sería lo mismo, la idea es asumir un parecido. Las mujeres de la serie estamos impecables y eso muestra la diferencia de género. Al costumbrismo ya lo vimos y lo sabemos hacer muy bien. Acá prevalece una trama de muchas mentiras, engaños y cosas que no se dicen.

-¿Cómo es tu personaje?
-Susana es ingenua, crédula, le gusta investigar lo que pasa en el vecindario, es un poco torpe. Es una mujer que creyó en el matrimonio, en la pareja, y fue desilusionada. Tiene una hija de 14 años (Eliana González) que es más adulta que ella, y una madre (Ana María Picchio) que es, como ella, una eterna adolescente. Se debate entre el vínculo que todavía tiene con su ex marido (Raúl Taibo) y el plomero que llega al barrio (Juan Palomino), y de quien ella se enamora.

-¿Cómo trabajaste la composición del personaje?
-El camino para componer el personaje fue algo extraño. Nos fijamos en qué tono estaba la versión estadounidense y después dejamos de verlo para que cada una hiciera lo propio, si no hubiera sido la misma serie, pero doblada.

-¿Y qué rol juega en la trama?
-Creo que es el personaje más asociado a la trama policial de la serie, porque ella es la más interesada de las cuatro en averiguar los motivos por los cuales se suicidó Alicia (Cecilia Roth). Y, en ese sentido, va a ayudar al plomero, que está detrás de las pistas de esa muerte. Tiene una relación muy interesante con Carla (Romina Gaetani), son como amigas-enemigas, rivalizan por el mismo hombre, compiten, pero a la vez las une algo muy íntimo".

Fuente: Télam

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