"Cuidado con este escalón", avisa Gabriela Toscano mientras su delgada figura avanza por los pasillitos oscuros que conducen a los camarines. Ante el comentario de lo bello que es el Teatro Liceo (donde protagoniza "La duda" junto a Fabián Vena), Toscano invita al escenario, ya preparado para la función de esa noche. Mientras una señora acomoda las butacas, la actriz cuenta la historia de las carretas que estacionaban hace más de 100 años en la puerta de los teatros: de allí viene la costumbre de decir "mierda" en vez de "suerte" antes de una función. "Cuanta más había en la puerta, más público había en el teatro".
Debutaste a los 4 en la TV. Con tantos años de carrera, ¿cómo lográs mantener el perfil bajo?
Creo que es un perfil que fui armándome y tiene que ver con lo que a mí me interesa, que es que se vea mi trabajo. No tengo mucho para ofrecer, no tengo escándalos. No sé si es bajo perfil, es la manera de hacerme conocer. Mi trabajo es lo más importante que yo tengo para dar, es cuando más soy yo, lo más íntimo es eso, cuando estoy creando. Y además tiene que ver con quién soy yo, con mi naturaleza, con mi mundo. Así que si me ven actuar, descubrirán quién soy, más profundamente.
En plena temporada teatral, ¿te queda tiempo para disfrutar de otras cosas?
Ahora me estoy reorganizando, porque ha sido un mes muy duro de trabajo. Ensayamos 6 horas por día, y ahora como que recién me estoy relajando un poco. Pero quiero volver a ir al cine, a pasear con mi hijo, y con Carlos (Rivas, su marido y director de "La duda"), ahora que tengo más tiempo y que no estoy en la tele (terminó de grabar "Amas de casa desesperadas" en octubre). Son como unas vacaciones de la tele y me da la chance de tener el día libre, para disfrutar más de mi casa y de ir al gimnasio.
¿Vuelve "Amas de casa..."?
No sabemos. Todos tenemos buena voluntad, pero si se hace, se hace en septiembre, y para septiembre falta casi un año, y eso es mucho tiempo. Nos gustó mucho hacerlo, así que veremos qué pasa.
Leí que antes sufrías cuando veías tus trabajos. ¿Cuándo empezaste a disfrutarlos?
Sufría porque yo actuaba y no entendía bien, actuaba mucho por intuición. Uno se expone mucho, por intuición, va y lo hace, pero había algo que no me dejaba tranquila. Y cuando empecé a descubrir que uno se podía preparar para actuar, y que no sufría tanto para actuar, me di cuenta que podía empezar a corregir. No era que me iba a salir al principio y después no me iba a salir más, sino que había una técnica. Incluso Carlos siempre me dice que yo tenía mi propia técnica, lo que pasaba es que no la había etiquetado. Me di cuenta que podía corregir la actuación, que podía repetir, que podía ser mejor. Ahí empecé a disfrutar.
¿Trabajaste de otra cosa alguna vez?
Nunca. Aunque he pasado momentos muy duros, te digo, de no trabajar.
Y en esos momentos, ¿nunca se te ocurrió hacer otra cosa?
No, no podía. Además, no sé hacer otra cosa (risas). Podría haber hecho otra cosa porque me doy maña, pero no, nunca. Ni de moza, ni de lavacopas, nada. Increíble.
¿Te imaginás dirigiendo?
No, tengo mucho respeto hacia la dirección. Me gustaría, por supuesto, saber más pero no sé si es lo mío. Me parece que lo mío tiene que ver solamente con la actuación. Esto te lo digo ahora; dentro de 10 años, no sé, pero me parece que también uno puede actuar con el crecimiento. Lo que pasa es que hay que investigar mucho. En la actuación uno tiene que crecer constantemente, es un trabajo que además va de la mano de la vida: como uno piensa la vida, uno piensa la actuación. Es bastante complicado. Me parece que lo mío es por ahí, por actuar y por crecer en eso.
Fuente: Diario La razon 11.02.2007
No hay comentarios.:
Publicar un comentario