sábado, 7 de junio de 2014
TEATRO. A 450 AÑOS DE SHAKESPEARE
LEYENDA DEL PODER QUE MATA
POR LUIS MAZAS
Macbeth, el sueño de las brujas ****
De William Shakespeare
Versión y dirección: Carlos Rivas
Con Gabriela Toscano, Vanesa González y C. Rivas
Los viernes y sábados a las 20.30 y los domingos a las 19.30
en El Cultural San Martín Sala 3, Sarmiento 1551. Entrada: desde $ 60
Shakespeare está vivo y aún escribe. Sigue diciendo lo que
quiso decir y aun aquello que los demás quisieran haber dicho. Vista así, La
tragedia de Macbeth pudo anticipar hasta los funestos acontecimientos
argentinos que desembocaron en el Proceso. Carlos Rivas, director, y Gabriela
Toscano, actriz, hallan esa otra admonición en la vieja historia jacobina,
alegoría de la autoridad absoluta que corrompe a débiles y poderosos.
Macbeth contiene dos personajes que son uno solo; un buitre de dos cabezas. Los
esposos que destruyen aquello que se oponga a su paso hacia el poder.
Rivas-Toscano rindieron ya un atractivo Hamlet de género cruzado y van ahora
por aquello que Shakespeare les permite expresar sin traición flagrante del
original. Shakespeare siempre será él mismo, por sobre versiones y
reescrituras, vinculadas a circunstancias diversas. La versión Rivas,
subtitulada El sueño de las brujas, sitúa la anécdota entre la Escocia medieval y nuestra
argentinidad al palo, telúrica y hasta suburbana. El concentrado propone un espectáculo
multiforme en el que Rivas experimenta estética bizarra y buenas ideas alusivas
o libres. La Toscano
planta su seguro peso específico como el terrible, convincente asesino, que
aquí palpita escindido entre la duda propia y el coraje amoral de su dama. Del
voluntarioso elenco destaca el propio Rivas, ya rey Duncan o médico de Corte.
Cabe aportar que el texto que hasta nosotros llega difícilmente fuera hijo
directo del original nacido al fin de la gran fiesta isabelina. Se presume forzado
a reescribirse, trocando el Banquo secuaz y amigo del poder en fuente de
nobleza y dignidad. Mimético, para servir de adecuado antepasado que legitime
la nueva Casa de la
Restauración , con Jacobo I Tudor.
Entre muertos y desaparecidos, El sueño de las brujas prueba que siempre existe
una historia oficial y otra que no lo es. Y que El Poder se hace siempre los
trajes a la medida. Por este camino, hasta legítimo es el nuevo ropaje al uso,
entre el kilt escocés y el chiripá criollo.
FUENTE: REVISTA VEINTITRÉS 21.05.2014
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