miércoles, 27 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
HAMLET,
CON GABRIELA TOSCANO,
VERSIÓN Y DIRECCIÓN DE CARLOS RIVAS
Del Director, Carlos Rivas:
Este delicado Príncipe nos inventa. Y nos redime.-
domingo, 17 de octubre de 2010
GABRIELA TOSCANO ES HAMLET
PARA VESTIR SANTOS
Griselda Siciliani, Celeste Cid y Gabriela Toscano protagonizan el unitario más prestigioso de la televisión. Qué dice el director Barone.
Por Diego Grillo Trubba
Descanso. Las chicas hablan de ropa, de fútbol y hasta de lo caras que están las cuotas de las escuelas privadas.
Uno de los primeros elementos que llaman la atención al entrar al edificio que Pol-ka posee en Jorge Newbery al 3700 es que, en el pasillo que conduce al estudio donde se graba Para vestir santos, hay una bandeja con facturas. Quien conoce el ámbito sabe que a poco de servirlas esas bandejas se vacían a velocidad luz. Uno se pregunta, entonces, cómo es que sobrevivieron esas facturas con crema pastelera. Y recuerda, entonces, que Para vestir santos está protagonizada por Gabriela Toscano, Griselda Siciliani y Celeste Cid. Un unitario que aborda el mundo de la mujer. Y uno piensa en las dietas y cree comprender la supervivencia intacta de las facturas. Sin embargo, al ingresar al estudio donde se construyó el decorado de la casa de tres hermanas, todo un universo femenino –en especial desde que falleció el tío–, la primera sorpresa es que, salvo las actrices, una Gloria Carrá flaquísima y un par de chicas de producción, son todos hombres. Podría decirse, entonces, que el universo femenino de Para vestir santos es una construcción masculina. “Este es un equipo que está trabajando desde hace mucho, y nos conocemos”, explica el director Daniel Barone, “vamos de unitario en unitario.”
Otra sorpresa: en un programa con ribetes románticos que se permite incluso algún número musical, nos toca ver una escena de acción. Gabriela Toscano está de rodillas mientras la rodean actores secundarios y Barone indica las motivaciones de cada personaje. “Acordate que vos a él lo conocés”, le dice a Gloria Carrá, “así que tratalo con cierta familiaridad.” La escena incluye a un prestamista que reclama su dinero, a una Toscano que adeuda, a una Cid que romperá el chanchito y a una Siciliani que será golpeada mientras alguien grita “¡cuidado, está embarazada!”. La embarazada es el personaje, para desilusión de la prensa chimentera.
Mientras Toscano continúa de rodillas, Celeste Cid masca chicle y se acerca a uno de los técnicos. Va a pedir algo que no se alcanza a escuchar, pero sí el discurso previo, cargado de ironía:
—Yo necesito mucho apoyo, vos sabés. Necesitaría que me ayudes, que me des un apoyo...
Lo que en otra situación desataría una infinidad de bromas de doble sentido, en este estudio se toma con naturalidad, como si fuera usual que Cid solicite apoyos. Tanta es la naturalidad que los técnicos retoman su charla sobre el partido de fútbol que deberán jugar y Toscano les pregunta desde el piso –sigue de rodillas, pobre– cómo van en el torneo. Alguien le cuenta algo de sus hijos, de la escuela privada a la que van. “Están todas saladitas”, dice Toscano para referirse al precio de la educación privada.
La escena debe repetirse una y otra vez. En todas, a Toscano la empujan y cae de rodillas. “De acá me voy a
Para vestir santos ocupa el sitio en la grilla horario de El Trece que el año pasado era de Tratame bien. “Siempre pesa el unitario anterior”, reconoce Gabriela Toscano. “No sabíamos cómo iba a reaccionar el público con esta propuesta. Tratame bien tuvo mucho prestigio y se le dio mucha prioridad, y nosotras tuvimos que venir a remarla.”
Detrás de ella, Daniel Barone le indica a un camarógrafo que la siguiente escena debería tomarla cámara en mano. En seguida se detiene, se rasca la cabeza y le pregunta al camarógrafo: “¿Vas a poder, vos que estabas mal de la rodilla?”. Barone parece estar en todo. Se maneja como si cuidara a todos los presentes. Reconoce que cada noche escribe con lápiz en un papel el trabajo del día siguiente, que le gusta tener todo bajo control. “No sé si estar en todos los detalles es el laburo del director”, reconoce, “me parece que es una deformación de padre.”
—¡Ay, qué linda cartera! –grita de repente Gloria Carrá–. ¿Es tuya o del personaje?
—Es mía –dice Siciliani–. ¿Viste qué linda?
Enseguida se acerca Celeste Cid, Siciliani elogia sus zapatos negros. Comienzan a hablar de ropa, de compras. Evidentemente, aun en un ámbito donde la amplia mayoría sean hombres –que incluso se adaptan en comer pocas facturas con crema pastelera–, las damas tarde o temprano derivan a sus temas predilectos. Como en cualquier trabajo.
La “ casi industria” de la tele
De un tiempo a esta parte, los productores hablan de la “industria de la tele”. Hablar de ella implicaría, claro, que existe. “En un momento en Pol-ka se producían dos tiras diarias, dos unitarios y se producía Amas de casa desesperadas para Colombia, Miami y Brasil y se estaba preparando Epitafios
Fuente: Diario Perfil 16-10-10
miércoles, 13 de octubre de 2010
Recurso narrativo. El programa de Pol-ka decidió incorporar un musical por capítulo, relacionado con la historia del día. Así, los personajes principales del ciclo “cantan” cada semana sus penas y sus glorias, en un marco de videoclip.
La primera canción apareció casi de casualidad, en los primeros capítulos y de a poco, como algo natural para una historia tan especial como la de las hermanas San Juan, los musicales se instalaron en Para vestir santos (miércoles a las 23.30, El Trece). Y a esta altura, ya son parte ineludible de cada episodio.
A veces en forma de videoclip, otras como musical más clásico coreografiado, como sea, el público que sigue semana a semana el unitario, sabe que en el momento menos pensado verá a Susana (Gabriela Toscano), Virginia (Griselda Siciliani) y Malena (Celeste Cid), juntas o separadas, interpretando alguna canción. Ellas son las estrellas protagónicas pero el resto del elenco también acompaña. ¿El resultado? Un cóctel audaz que le agrega originalidad e identidad al proyecto escrito por Javier Daulte y dirigido por Daniel Barone.
Del primer tema que apareció en el capítulo cuarto, en una ensoñación de Malena por estar medicada de más donde las tres chicas cantaban Todos me miran, de Gloria Trevi, hasta hoy, ya pasaron seis temas musicales. Todos de distintos géneros pero con la particularidad de estar abordados musicalmente con una estética similar a la del resto del programa.
“Lo que arrancó como algo onírico ahora ya está instalado como hilo narrativo y es un recurso que aleja del realismo a la historia”, comenta Barone que tuvo que sumar a su tarea de dirección una nueva faceta emparentada con los videoclips.
En aquel capítulo donde Malena deliraba un poco, ella y sus hermanas aparecían vestidas de rojo brillante haciendo una versión algo naif de una canción de la exaltada mexicana Gloria Trevi.
Más adelante, en el capítulo 16, nuevamente Malena en el hospital volvió a imaginarse, también ayudada por el exceso de medicación, junto a sus hermanas, esta vez como como enfermeras, cantando Mi enfermedad , el tema de Andrés Calamaro que hizo famoso Fabiana Cantilo con su versión..
“Una de las cosas más interesantes que aportan los musicales como recurso narrativo es que, por un lado, le agregan dramatismo al relato pero a la vez, generan una distancia. Y en ese sentido está acorde con todo el proyecto que camina en una delgada línea entre el drama y el humor negro”, explica Barone. “Precisamente, eso es lo más lindo y lo más complicado del proyecto: manejarse muy cerca del absurdo”.
Por otra parte, la inclusión de este recurso suma complejidad a la realización general. “Es un trabajo de gran minuciosidad; ver qué estrofas van en qué momento, qué cambios hacen falta para que el tema coincida con la temática de cada capítulo”, cuenta Diego Andrasnik, productor ejecutivo del programa.
En general, los momentos más dramáticos de las historias que viven las hermanas vienen acompañados de estos mini musicales.Así pasó con Hawaian Twist , el tema de Viuda e Hijas de Roque Enroll que las chicas San Juan le dedicaron a su tío Horacio (Hugo Arana) cuando se enteraron que estaba enfermo de leucemia. Las lágrimas y la emoción contrastaban con el vestuario colorinche de ellas, bien ochentoso. Pero la mezcla funciona. “Como esta no es una ficción naturalista, el lenguaje que se maneja permite la inclusión de este tono musical”, asegura Barone.
Más tarde se repitió el recurso en el capítulo del velorio del tío con un tema de Gilda, Paisaje . Ahí no sólo cantaron ellas sino también sus novios y pretendientes de ficción: Julio (Rafael Ferro), Sergio (Fernán Mirás), David (Alfredo Casero), Sebastián (Esteban Meloni) y Néstor (Héctor Díaz), además de la media hermana, María Eugenia, que interpreta Gloria Carrá.
El desafío de cómo incluir estos clips en medio del relato es una novedad, al menos en este formato. El musical tiene su larga tradición en el cine (incluso es un género que tuvo su auge en la época dorada del Hollywood de los años 40 y 50) y en teatro. Pero en la televisión no cuenta con demasiados antecedentes, salvo por las series que específicamente tratan la temática de la música y el baile, al estilo deFama o la más reciente Glee .
“Funciona como algo lúdico para el espectador y tratamos de hacerlo fluir naturalmente porque lo más loco es que después de la canción, se retoma la narración tal cual venía antes”, dice Barone.
Tanto el director como el productor coinciden en que, parte del buen funcionamiento del recurso, tiene que ver con los actores, todos con mucho oficio y hasta con formación musical aparte. “Es un gran complemento que todos sepan cantar o tengan la formación como para poder encarar esto. Además del entusiasmo que le ponen porque es un gran esfuerzo, para mí también que no soy experto en videoclips”, cuenta el director.
Así en el capítulo 24, una crisis entre hermanas desató la canción de Roberto Carlos, El gato que está triste y azul , en la que todos los personajes participaron. Lo mismo que en la reciente Mentira, de Valeria Lynch durante el frustrado casamiento entre Virginia y Julio.
“Los actores tienen un coach vocal porque, más allá de la formación de cada uno, tienen que hacer todos la misma versión y adecuar el tema a las características del personaje y de su estado emocional. Y eso necesita de ajustes. Cada actor graba su parte y después hacen playback durante la actuación. Coordinar todo eso y que además, no perturbe ni tape el resto de la historia que se cuenta no es sencillo. Pero creo que valen la pena ir probando. No a todos les gusta pero creo que le aporta identidad al programa”, asegura Andrasnik. “Es un artilugio narrativo que tiene un porqué y le da un valor agregado al producto”.
Adrián Suar, como uno de los autores de la idea original del programa junto a Daulte, el guionista, son quienes eligen las canciones, de acuerdo al guión. “La mayoría son íconos, tienen que ver con determinado momento histórico”, explica Barone. “Los temas elegidos aportan una mirada vintage, muy acorde con la estética general del ciclo”.
Llamado de Emergencia de Daddy Yankee y Porque te vas de Jeanette son los próximos musicales. Tendencia imparable.
La música, siempre cerca
La relación de las tres actrices protagonistas de Para vestir santos con la música, no es nueva. Cada una tiene su historia. La más cercana es Griselda Siciliani quien además de estudiar actuación, se formó en danza y canto. En teatro participó de varios musicales como Revista Nacional , Sweet Charity y Quiero llenarme de ti (un homenaje a Sandro que ideó junto a Virginia Kauffmann y Diego Bros). Y fue Carmen, la madre de Patito Feo en la tele y el teatro.
Gabriela Toscano hizo su debut como actriz (antes de aparecer como el pesonaje de Suana Giménez, de niña, en
Celeste Cid, que sorprende gratamente con sus interpretaciones, también está emparentada con la música. Fue pareja de varios rockeros: Emmanuel Horvilleur (con quien tuvo a su hijo André), Joaquín Levinton , Juan Jacinto y hasta se habló de Fito Páez. En 2003, Celeste, además, fue la protagonista del videoclip Asesiname de Charly García.
Para Gloria Carrá, que es María Eugenia, la media hermana de las protagonistas la música tampoco es ajena. La actriz compone y canta sus propios temas.
Sello propio
No la tenía fácil “Para vestir santos” cuando debutó. Después del paso glorioso de “Tratame bien”, un tanque imbatible en términos de calidad, el por entonces nuevo unitario de Pol-ka quedaba bajo la odiosa lupa de la comparación. Inevitable, por cierto. Más allá de que la propuesta para este año iba de entrada por el lado de la comedia dramática, con toques de absurdo y de humor negro, el nicho de los miércoles a las 23 (aunque ahora va 22.45) la emparentaba con su antecesor.
Pero luego de un arranque de tanteo, en el que la historia contada por Toscano, Cid y Siciliani tuvo esforzarse por definir su fórmula, con el correr de los capítulos pudo encontrar su identidad propia. Y la música, en ese sentido, fue clave para que “Para vestir santos” fuera único.