jueves, 7 de julio de 2011

HAMLET

 ¡MUY BUENA!, ¡MUY RECOMENDABLE!

Hay clásicos que no pasan de moda, pero si esos clásicos se versionan de una forma tan imponente como el “Hamlet” que se está representando en el Teatro del Sha, las tres horas que dura la representación no solo pasan volando sino que se convierte en 180 minutos de un placer absoluto. 

En una puesta simplísima y sin dejar de ser intensa, utilizando todos los espacios posibles, con una escenografía bien sencilla pero ajustada a la época, al igual que el vestuario, esta versión es sin dudarlo una apuesta a un clásico que viene a enseñar en sus palabras, la total actualidad, y el horror que ello implica, que un texto tan antiguo refleje tan claramente a la sociedad actual mundial. 

Imagino que debe influir la clara interpretación del grupo en general de cada uno de los personajes, y la excelencia de Hamlet, marca una diferencia en las versiones realizadas hasta acá de esta pieza teatral. 

Carlos Rivas, su director,  también interpreta al Claudio de todas las épocas, ese ser cruel, capaz de todo por lograr el poder y aniquilar a resto.

 Su actualidad es pavorosa, pero Gabriela Toscano lo cuenta mejor.

 

Cinco de Toscano 

-¿Cómo fue la composición del personaje? Se hace muy creíble tu cuerpo corporal, ahora, ¿se jugó la ambigüedad o la magia de la creatividad hace que después de los cinco minutos de su aparición, uno crea en la construcción de ese Hamlet? 

-Durante los ensayos, nunca hicimos ningún trabajo dedicado a obtener una composición de un comportamiento físico masculino. Es más, es obvio que durante la representación yo aparezco muy evidentemente con mis características físicas femeninas, sin la más mínima intención de disimularlas. Esa es una propuesta del Director. Mi trabajo consiste en componer “un Ser ”, llamado Hamlet, en el cual creemos que se manifiestan todas las características de lo masculino/ femenino, mucho más allá de una manera de comportarse o vestirse. 

El trabajo del actor consiste en crear una “realidad imaginaria” más vívida, más potente que la mera “realidad”… que el espectador acepte esa nueva “realidad escénica” y suspenda su incredulidad durante el tiempo de la función. Yo debo hacer que el espectador vea a un Príncipe, con su carácter, sus pensamientos, sus emociones y sus actos. 

-¿Crees que la actualidad dramaturgica está ayudada por la puesta? ¿Cómo trabajaron la pieza teatral siendo tantos integrantes y ante un texto tan rico, pero tan complejo? 

- Lo que llamás “actualidad dramatúrgica”, si entiendo bien la pregunta, es la extraordinaria genialidad de un dramaturgo como Shakespeare que, precisamente, permanece vivo cuatro siglos después por su inigualable capacidad de revelar contenidos esenciales y eternos del comportamiento humano. Además de eso, Carlos Rivas, en su doble tarea de Adaptador y Director, ha buscado iluminar aquellos aspectos que más le importaban en el sentido de concretar su propia versión personal, con un lenguaje escénico muy original.

 -¿En qué te sentis identificada con la obra?, ¿compartis los conceptos que imparte el personaje como afirmaciones certeras? 

- Honestamente el concepto de “identificación” no es precisamente el que le importa al actor en el sentido de su creación. Prefiero la idea de la “encarnación”, en tanto la posibilidad de dejarse “atravesar” sensiblemente – en cuerpo y espíritu – por un carácter creado por el autor. Ser “tomado” por el personaje escrito, para darle vida escénica… prestarle “carne y sangre” para que se revele en el mundo de las tres dimensiones. No siempre se logra… y no siempre todo el tiempo. Sobre todo con un personaje de la dimensión de Hamlet, uno de los más complejos e inapresables de la historia del teatro.

 

-¿”Ser o nos ser, esa es la duda”?”¿Por qué? 

- Hamlet es un joven hipersensible, un artista – quiere ser actor -, con un mundo interno delicado y sutil. Al mismo tiempo es un gran amante del valor del Pensamiento; de la capacidad del Hombre para llegar a construir, a través de su mente y sus ideas, un mundo más civilizado, menos salvaje, cruel e injusto. Este pobre muchacho, enfrentado a los actos de crueldad mayúscula de su traidor tío y la insoportable infidelidad de su madre, termina siendo preso de una profunda melancolía. Inteligencia y melancolía son la trampa mortal de un pobre joven, que se ve arrojado a convertirse en un asesino para vengar a su padre. Este cóctel emocional lo lleva a fantasear con la idea del suicidio, ante el evidente horror de las peores vicisitudes de un vida cruel, injusta y humillante.

 

-¡Cuánta actualidad tiene el texto!, decime cinco frases que te gustaría compartir con los lectores… 

-¿Sólo cinco? Ja, ja… Ahí van:

  – “Una pizca del Mal mancha la más noble de las sustancias”. 

 – “En el actual proceder corrupto de estos tiempos vemos como la mano ensangrentada del crimen puede aplastar a la Ley, y la ambición del lucro suele sobornar a la Justicia poniéndole precio”.

  – “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que las que tú filosofía puede llegar a soñar”. 

– “Dadme un hombre que no sea esclavo de sus pasiones y yo lo pondré en el centro de mi corazón; en el corazón e mi corazón”.

“Se puede sonreír, sonreír… y ser un villano traidor”

 

Meche Martinez

FUENTE: http://www.mechemartinez.com.ar

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